Estructura

El Sistema Financiero Internacional (SFI) está compuesto por una red compleja de instituciones, mercados, políticas y normas que facilitan el flujo de capital y financiamiento entre países. Su estructura permite la cooperación entre naciones y establece mecanismos de regulación y supervisión para mantener la estabilidad financiera global, siendo el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial dos de sus instituciones más importantes.
El FMI es una de las piezas centrales de la estructura del SFI y fue creado en 1944 con el objetivo de promover la estabilidad cambiaria y financiera. Su función es supervisar el sistema monetario internacional y ofrecer asistencia financiera a países con problemas de balanza de pagos. Los países miembros aportan cuotas al FMI, lo que les da derechos de voto y acceso a financiamiento, aunque el peso de los votos está determinado por el tamaño de las cuotas.
El Banco Mundial, por su parte, se centra en la financiación de proyectos de desarrollo en países de bajos y medianos ingresos. Su estructura incluye diversas instituciones, como el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y la Asociación Internacional de Fomento (AIF), que otorgan préstamos y subvenciones para proyectos que promuevan el desarrollo económico y social. Al igual que el FMI, el Banco Mundial funciona con un sistema de cuotas que permite a los países miembros tener voz y voto en sus decisiones.

Además de estas instituciones, el SFI incluye a bancos centrales y agencias regulatorias de distintos países, que desempeñan un papel clave en la supervisión y regulación de los flujos de capital y en la implementación de políticas monetarias y cambiarias. Estos bancos centrales cooperan entre sí y con el FMI para monitorear la estabilidad financiera global y coordinar respuestas ante crisis económicas.
Otra institución clave en la estructura del SFI es el Banco de Pagos Internacionales (BPI), que actúa como banco de los bancos centrales y facilita la cooperación entre ellos. El BPI también proporciona un foro para discutir temas de política monetaria y financiera y promueve la estabilidad financiera mediante la creación de estándares y prácticas recomendadas para la banca global.
El papel de los mercados financieros internacionales es fundamental dentro de la estructura del SFI, ya que permiten la movilización de capital a nivel global. Estos mercados incluyen el mercado de divisas, el mercado de capitales y los mercados de deuda soberana, entre otros. A través de estos mercados, los inversionistas pueden intercambiar divisas, adquirir valores y bonos emitidos por gobiernos y empresas en todo el mundo, y participar en la transferencia de fondos a países que necesitan financiamiento.